
Alta concentración de población en el área, alta explotación de los Recursos Naturales, escasez de agua; todo esto es parte de un triste proceso: El deterioro del lago de Amatitlán y sus Cuencas tributarias, que hoy está en camino de ser una pérdida inminente como recurso y como patrimonio nacional, en esta semana santa realice una visita de este lago y con una gran tristeza pude captar imágenes de la alta contaminación que se encuentra en lo que una vez hace mucho tiempo fue un hermoso lago.

Después de varios estudios realizados, aunque no de manera exhaustiva, el lago corre el riesgo de desaparecer a largo plazo si no se toman las medidas proteccionistas adecuadas es decir, su desaparición no es inminente de acuerdo con el ciclo hidrológico que mantiene el equilibrio lacustre. Sabido es que el lago constituyó esencialmente una fuente de recursos de pesca durante el período hispánico, así como su cuenca fue la región predominantemente productora de la cochinilla, principal elemento de exportación cuando ese colorante no había sido substituido por los químicos industriales que se introdujeron con posterioridad.

Entre sus características, está su función como centro recreativo, de producción y fuente de energía eléctrica. Desde el punto de vista hidrológico, entre otros factores merecen mención fenómenos que inciden en perjuicio del lago, como son la erosión y el azolvamiento como consecuencia de las sedimentaciones arrastradas por su principal corriente surtidora, o sea el río Villalobos.
Cuando comenzó a ocurrir el avance urbano hacia estos sectores, se planteó un problema que es necesario resolver, consistente en que las aguas negras provenientes de esos sectores, de ser drenadas hacia las corrientes que tienen su curso al Pacífico, producirían contaminac

iones en la cuenca del río Villalobos y del lago de Amatitlán.

Efectivamente, eso ya está sucediendo y se está formando en los círculos respectivos conciencia que debe evitarse la contaminación ambiental.
De acuerdo con la Autoridad para el Manejo Sustentable del Lago de Amatitlán (Amsa), los niveles de contaminación en la mitad de ese cuerpo de agua se han reducido hasta en un 40 por ciento.
La operación de seis “aireadores” (sistemas para oxigenar el agua) ha permitido que la contaminación se reduzca “sorprendentemente” en el lado este del lago, aseguró Édgar Zamora, director de Amsa.
Con “biofiltro”
El “biofiltro” oxigena el agua y retira contaminantes por medio de plantas acuáticas, que los absorben. Mientras no se ataque la raíz del problema, los esfuerzos no son suficientes, afirmó Lucrecia Marroquín, presidenta de la Comisión de Ambiente del Congreso.

Efectos de la lluvia
La fragilidad del Lago de Amatitlán queda en evidencia con un aguacero. Un día de lluvia normal provoca que cuatro mil metros cuadrados sean arrastrados a sus aguas, según estimaciones de Amsa. El 80 por ciento de la contaminación que llega a sus aguas es domiciliar, y el resto, producto de los desechos industriales y agrícolas.
En peligroLa pregunta que todos nos hacemos, es la misma. ¿De dónde proviene la contaminación del Lago de Amatitlán? Probablemente cada uno tenga su teoría y lo más seguro es que todos la atribuyan a la industrialización de la zona. Sin embargo las razones son variadas.
El Lago de Amatitlán sigue en riesgo, por la contaminación que llega a sus aguas.

Unas 10 toneladas de basura llegan cada día al lago por el río Villalobos. Hay que sumar descargas de aguas servidas desde seis municipios de la capital. Abundan contaminantes como fósforo y nitrógeno, provenientes de la industria y aguas negras.
El deterioro nutritivo en el lago se debe principalmente al crecimiento demográfico de la ciudad de Guatemala y de otros municipios vecinos; a la explotación indiscriminada de agua y al crecimiento industrial. Las áreas marginales van aumentando en forma indiscriminada y los servicios básicos no se dan abasto.

La presencia de otros organismos y desperdicios en la superficie, impiden que penetren los rayos del sol y la presencia de bacterias que consumen oxígeno, impiden la vida en el lago. Sin embargo, las descargas domésticas aledañas también son perjudiciales al lago, los desperdicios de los chalets, aldeas, playas públicas y comercio, finalmente va a dar a él.
El programa de Control Ambiental, es otra de las herramientas en pro de la salvación del lago, en el que se establecen las condiciones necesarias para analizarlo y estudiarlo.
La visión de AMSA por proteger el lago de Amatitlán, propone en su programa, principalmente le uso del lago como un recurso hídrico para abastecimiento de agua, además del desarrollo turístico, deportivo, recreativo y cultural.

La tarea que tenemos por delante es difícil y costosa, pero sobre todo urgente. Se necesita el respaldo de las autoridades locales, de la Iniciativa privada y de la Población en general, con el fin de proteger una futura reserva de agua para consumo del área Metropolitana.
Los fines de AMSA pronto empezarán a dar sus frutos, más cuando los beneficios son para todos. Para quienes viven en las zonas cercanas, mayores y mejores servicios públicos, mejoras substanciales en la producción agrícola, agua superficial y subterránea de óptima calidad y suficiente para abastecer a todos; pero sobre todo, un equilibrio ecológico y un clima apropiado para los habitantes.
